viernes, 22 de abril de 2016

Probamos la nueva carta de “El Emergente Bar” de Abasto

La casa cultural más fiel del circuito porteño actualizó su carta de comida y fuimos hasta allí para probarla.
Ubicado en pleno Abasto, el bar empezó como un emprendimiento para cultivar el ambiente cultural de Buenos Aires. Si bien desde los años 70 Argentina tiene su escena artística alternativa, ningún espacio cultural nació tan de abajo y creció tanto, y se mantuvo tanto y generó tantas expectativas como El Emergente Bar.
Su nueva carta no sólo renueva el diseño sino que contiene nueva oferta: Pizzas y Pizzetas, las Canastas y, como tercera opción, Tapeos -Papas Bravas o Bastones de Muzarella o de Pollo.
Mientras esperábamos el pedido (Canastas vegetarianas y veganas y una de pollo, Bastones de Muzzarella y las Papas Bravas con sus acompañamientos) veíamos gente entrando y saliendo de todos lados mientras detrás nuestro había una exposición de dibujos y pintura. Era miércoles, día del eterno Rockellin (el evento madre de El Emergente Bar) donde pasan un sinfín de artistas de todos los estilos cada miércoles. El Rockellin tuvo distintas fases –desde un evento de poesía pura, a rock callejero, a la puesta teatral de las jirafas y luces de colores- hasta llegar, en este 2016, a la apuesta del encuentro: El actor Uner Sbriller interpretaba aquella noche a Roberto Galán (con su bigote y pelo blanco) y unía parejas mientras sus secretarias brindan un montón de pequeñas tuercas y tornillos dentro de un recipiente: allí cada pareja –formada por conocidos o desconocidos- debían tomar al azar un tornillo y una tuerca, y de congeniar entre sí la pareja debía darse un beso mientras Roberto aclamaba: “¡se ha formado una pareja!”.
Llegó la comida: una presentación sobria. La consistencia casera brilla y la sensación es de abundancia. Las Papas Bravas (papas cortadas a lo largo al horno con su cáscara y condimentadas con orégano y ajíes) tienen una mayonesa casera de ajo (“alioli”). La mayonesa, fresca y justa, estaba bárbara. Los Bastones de Muzarrela tenían una salsa de ajíes y cebolla al estilo criolla. Pero no se asusten: aquella otra salsa también estaba bien. Era de un picante justo.
Lo admito: tengo una extraña debilidad por el Rockford y la Canasta de Rockford estaba perfecta. Era un queso de calidad y como todo lo demás prevalecía la frescura y el toque hogareño y generalmente eso podría ser todo lo que una persona pueda buscar en la vida. Imaginen que todo roseado de cerveza y arte produce un combo perfecto.
Podías sentir el queso caliente dentro y la amargura salada del Rockford trepándose a tu paladar. La masa se entregaba sin oponer mayores resistencias y pocas, muy pocas, gotas de aceite, ayudaban a desarmar la comida para que exprese sus propiedades.
Detalle: el Pollo no estaba triturado como generalmente te lo venden sino que estaba trozado a cuchillo y cocinado con templanza, dándole la sensación de hervor, acompañado con cebolla de verdeo. Abundante, muy abundante, y con un olor a huerta que suma.
La Canasta de Caprese y la de Humita (opción vegana) estaban presentadas con nueces partidas sueltas arriba. Otra vez, bien el queso, pensé, bien la elaboración, pensé, bien la consistencia, observé. Sólo nos quedaba la de Humita, sola alejada en un rincón mirándonos con gesto inocente. Obviamente todo aquello era comida para cuatro personas, y nosotros éramos dos, pero fuimos por ella. Una calabaza triturada al punto justo escondía choclos dulces. El dulzor se sentía suavemente y  la masa sostenía todo humildemente, cocinada al punto justo (¡cuantas veces nos han dado los bordes quemados en cualquier-bar-del-mundo-siempre!). Esto era otra cosa. La cocinera estaba desde ya agregándole conciencia y atención. Las presentaciones lo expresaban y los gustos lo expresaban y uno sentía que todo valía lo que debía valer.
Como la temática de todas las personas que van al bar, la carta es alternativa. Y claro: nadie iría a El Emergente a comer caviar, pero tampoco irías a comer caviar a un McDonald’s… lo que quiero decir: la carta está a la altura de la propuesta. La cultura alternativa. Que demanda voz, sacrificio y esfuerzo. Pero también disfrute, goce y abundancia. En aquella noche con aquella carta lo sentimos con claridad y podemos recomendarlo una y mil veces más.
El Emergente Bar está en Gallo 333, Abasto :
Y en Acuña de Figueroa 1030, Almagro:
Pizzas desde: 100 $
Canastas desde: 25 $
Tapeos desde: 70 $
 Puntaje (de 1 a 5): 4,5
Foto: por Etamin Ph (www.facebook.com/etaminph)
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