lunes, 25 de agosto de 2014

Relato: "Insomnio en la ciudad" (Magazine Delicacy- España)

Eran las dos de la mañana. Tenía insomnio y no podía dormir así que me levanté y lavé mi cara y me vestí con lo primero que tenía a mano. Siguiendo mi instinto salí hacia la calle. Hacía frío y no veía a nadie por ningún lado. Es una zona tranquila. Pero al ser sábado imaginé que podría haber movimiento. No lo había. Ni siquiera se escuchaba de fondo los motores de autos lejanos y ni el viento soplaba entre los árboles. Caminé en cualquier dirección. Seguía algo dormido. No era la primera vez que tenía insomnio pero sí la primera vez que salía caminando sin sentido entre la noche. No lo podía comprender y quizás no me importase mucho. Caminé dos cuadras, bajo la oscuridad de los árboles que esconden las altas luces de la ciudad. Entonces desde la vereda de enfrente lo oí. Una especie de llanto. Un llanto reprimido y angustiado. Un llanto femenino. Caminé sin prisa. Busqué con la mirada. Estaban entre un auto y un árbol y una vereda oscura. Ella parecía estar llorando y él la agarraba del cuello. No había forcejeo, sino un especie de movimiento azaroso. Como si estuvieran bailando, o borrachos. No podía saber si estaban hablándose de cerca, o mordiéndose, o besándose, o insultándose.
Me quedé quieto en mi lugar. Aguanté la respiración. Agudicé mis ojos. ¿Ella estaba llorando? ¿Estaban peleando? ¿Era una situación tensa o sólo una pareja borracha besándose en la calle oscura y silenciosa?
Me di vuelta. Caminé hacia donde vine. Estaba asustado. De lejos pude escuchar como ese llanto emitía un grito. Sí. Era sin dudas un grito. Me detuve. Estaba a media cuadra de ellos así que volteé y los observé. ¿Era una pelea? ¿Un conflicto? Mi corazón latía fuerte. Estaba incómodo. Volví a caminar lentamente hacia ellos fingiendo que no los veía, fingiendo que iba hacia la otra esquina en busca de cigarrillos o hacia la casa de un amigo.
“Ja… ¿cigarrillos?” pensé. “si por acá no hay ningún kiosko abierto y tampoco tengo amigos que vivan cerca” me dije. Qué inverosímil.  Pensaba. Mi cuartada para acercarme hacia ellos era inverosímil y estúpida. Claro que era inverosímil. Así que dí la vuelta y volví hacia mi casa. Mi mente no dejaba de parlotear. “No. Claro que no hay ningún kiosco cerca. Y claro que no tengo ningún amigo por estos lados”.
Crucé la calle y sin voltear hacia atrás caminé a prisa hasta la puerta de mi departamento, donde entré.
Me desvestí y volví a acostarme en la cama. “Cobarde” me decía. “Egoísta” me repetía. Me sentía en falta. “Tonto. ¿Qué había hecho, y porqué?” me dije arrepentido. “Qué estúpido…” concluí “vivo en esta zona hace dos años y recién ahora recuerdo que sí. Que en realidad hay un kiosko abierto toda la noche cerca, a dos cuadras… Que tonto…”.
Respiré hondo y sonreí por la torpeza. Si. Seguramente el kiosko esté abierto. Volví a acostarme. No hubo más insomnio. De hecho me dormí rápidamente sin esfuerzo alguno. Y creo que nunca más recordé lo sucedido.

by Fede Frisach
Relato Publicado en http://magazinedelicacy.com/variete/insomnio-en-la-ciudad/

No hay comentarios:

Publicar un comentario