“Firma
de soledad”
“El
Contrato” es presentada por el Teatro de las Ollas, un grupo que
viene trabajando hace 18 años con obras de contenido social y
político a partir de vivencias experimentadas. Y “El Contrato”
es una poesía acerca del amor, la soledad y las normas burocráticas
e inhumanas que impone un sistema.
En
el living de su casa, Javier (Mario Das Airas) está sentado frente a
Laura (Maria Svartzman) que lee el contrato que él ofrece por un
trabajo bien pago publicado en el diario. Ellos son extraños. No se
conocen. “Yo no necesito relacionarme con una mujer, sino convivir
con ella” suelta Javier. Ella no lo comprende del todo. Pero ambos
parecen los indicados para llevar adelante una relación bajo la mira
del contrato.
Ella
necesita trabajo. La oferta es tentadora. Planchar, lavar, barrer. Es
una buena casa para trabajar y Javier demuestra ser un tipo decente.
Pero todo contrato tiene letra chica.
Y
es que Javier no busca personal domestico, sino una compañera con la
cual convivir. Él ya ha pasado los sesenta años de edad y está
cansado. La vida lo golpeó y necesita un poco de seguridad para
seguir avanzando.
Alrededor
de una mesa y unas sillas dentro del comedor de una casa, los dos
personajes van y vienen encontrándose durante la mañana, el
mediodía y la noche. Y no es que sea un gusto para ellos. Primero
Laura se resiste a firmar el contrato, después se resiste a sus
cláusulas, se resiste a sus normas, se resiste a dormir con Javier
(aunque sea sin contacto alguno), se resiste a la idea de que una
relación deba regirse por un contrato legal. Pero Javier insiste:
Siempre hay un contrato entre las parejas. Sólo que es tácito.
Siempre hay clausulas, deberes, obligaciones para con el otro. Laura
afirma acerca sus pasadas relaciones amorosas “Siempre hubo amor,
ternura, deseo, pero nunca un contrato”. Javier, magnífico,
responde “Hoy los grandes amores empiezan en luna llena y terminan
en tribunales”.
Bajo
el guion y la dirección de Jorge Paladino y las suaves teclas del
piano compuestas por Facundo Paladino, los personajes se arrastran
ocultándose las emociones. El tono de sus voces lo demuestra. No
admiten enfado, cólera, soledad o necesidad. A sus actos lo
administra el contrato, que parece el escudo perfecto que los salva
del sufrimiento.
Entre
los vaivenes de dos personas cansadas, Laura escapa a
los hábitos que nunca la llevaron a buen puerto mientras Javier
intenta superar las ausencias que rasgaron su corazón. El dialogo es
el puente que conecta a los personajes, enfrentados entre sí,
dejando a la vista las diversas experiencias que puede vivir un
humano a lo largo de su vida.
De
todas formas esta es una historia de amor. Aquel que haya apostado
todo en una relación que terminó hecha polvo lo sabe. Se puede
palpar y sentir el mensaje al que se refiere Jorge Paladino a través
de sus personajes. Y él, genial, sin rodeos, resume su postura en
una grieta apasionante que se abre en un diálogo llevado por el
calmo Mario Das Airas y la enérgica Maria Svartzman: Laura le
pregunta a Javier, ¿usted está enfermo?. Si, responde él. Ella
tuerce las manos. ¿Qué tiene?. “Estoy solo” responde y las
luces se apagan para que el piano se deslice entre el público y
empiece un nuevo acto. Y lo que sucede, a la larga, es que las
personas cambian y mutan. El contrato,
en cambio, no. Continúa rígido y tiránico, salvo que, por
supuesto, alguna cláusula admita lo contrario.
FICHA:
Javier:
Mario Das Airas
Laura:
María Svartzman
Musica
original: Facundo Paladino
Banda
de sonido: Rubén Sanagua
Vestuario:
Yolanda Barrientos
Maquillaje:
Cintia Milanés
Libro
y direccion: Jorge Paladino
Escrito por Fede Frisach
Publicado en www.espectaculosdeaca.com.ar
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