martes, 2 de septiembre de 2014

Critica: "Mateo de la Luna" / Jueves 28 de Agosto en CC Matienzo

Era jueves pero nadie parecía saberlo. El Centro Cultural Matienzo estaba colmado. Lleno. De comienzo a fin. Mateo de la Luna en Companía Terrestrial estaba a punto de subir a tocar. Es que la banda de Almagro sigue presentando “La Energía”, el primer disco de la banda. De tapa violeta, conceptual y psicodélica, que como todo trip empieza con un “Big Bang” y termina con “El Final”, haciendo un paso por 13 tracks a modo de un recorrido por las galaxias.
"La energía de los planetas" fue la primer canción desenfundada del show. Entre papel picado y globos enormes saltando sobre el publico, siguió "Absorbo Todos los Tes de Todas las Tardes", cantado al unísono por Centro Cultural Matienzo.
"Hola, Somos Mateo de la Luna en Companía Terrestrial" saludó Mateo "Y estamos presentando el disco. Salió a comienzo de año. Estamos muy felices" . 
"Rayocanción" , "El es mi Amigo" y luego "Ivan" donde Mateo canta:
"Tirado tomando una birra con los chicos esperando que/ alguien nos venga a rescatar pero es que/ estamos super bien asi/ si esto no es el amor/ entonces ya no entiendo nada".
Pasando por canciones como "Escafandra" y "Lo Mas Campante", la banda tocó "El Big Bang", demostrando porqué estaban presentado tecladista.
Las canciones fueron cantadas y coreadas. El show es intenso pero tranquilo, no hay exageración ni dramatismo. Las banda deslizan las canciones entre el publico mientras se cierra una comunión entre ellos. "Como Una Rana", "Viajamos Por Las Galaxias Eliminando el Mal del Universo" (titulo que podría ser tranquilamente un nuevo disco de Lenon si estuviera vivo), cerrando con "Los Pajaros".
Era obvio que el público iba a pedir más. Ya estaban pasados de hora. Jueves. A la noche. Pero Matienzo estaba lleno, el público necesitaba algo más. Se tuvo que conceder. Y salió "El Final", canción que fue presentada a comienzo de año como el vídeo oficial bajo la dirección de Mariano Martinez y Ary Lukides, inundando Matienzo de papel picado y aplausos coreando los estribillos.
Todo tiene un final. Así que las luces se apagaron, la banda volvió a los camarines, y el trip de Mateo empezó a dispersarse entre el público dejando el espacio calentito para algún posible regreso cósmico, seguramente de la mano de una guitarra eléctrica y una poesía escrita sobre una servilleta desde el barrio de Almagro.


Por Fede Frisach




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