Era
jueves pero nadie parecía saberlo. El Centro Cultural Matienzo
estaba colmado. Lleno. De comienzo a fin. Mateo de la Luna en
Companía Terrestrial estaba a punto de subir a tocar. Es que la banda
de Almagro sigue presentando “La Energía”, el primer disco de la
banda. De tapa violeta, conceptual y psicodélica, que como
todo trip empieza
con un “Big
Bang”
y termina con “El
Final”,
haciendo un paso por 13 tracks a
modo de un recorrido por las galaxias.
"La
energía de los planetas"
fue la primer canción desenfundada del show. Entre papel picado y
globos enormes saltando sobre el publico, siguió "Absorbo
Todos los Tes de Todas las Tardes",
cantado al unísono por Centro Cultural Matienzo.
"Hola,
Somos Mateo de la Luna en Companía Terrestrial" saludó Mateo
"Y estamos presentando el disco. Salió a comienzo de año.
Estamos muy felices" .
"Rayocanción" , "El
es mi Amigo"
y luego "Ivan"
donde Mateo canta:
"Tirado
tomando una birra con los chicos esperando que/ alguien nos venga a
rescatar pero es que/ estamos super bien asi/ si esto no es el amor/
entonces ya no entiendo nada".
Pasando
por canciones como "Escafandra"
y "Lo
Mas Campante",
la banda tocó "El
Big Bang",
demostrando porqué estaban
presentado tecladista.
Las
canciones fueron cantadas y coreadas. El show es intenso pero
tranquilo, no hay exageración ni dramatismo. Las banda deslizan las
canciones entre el publico mientras se cierra una comunión entre
ellos. "Como
Una Rana",
"Viajamos
Por Las Galaxias Eliminando el Mal del Universo"
(titulo que podría ser tranquilamente un nuevo disco de Lenon si
estuviera vivo), cerrando con "Los
Pajaros".
Era
obvio que el público iba a pedir más. Ya estaban pasados de hora.
Jueves. A la noche. Pero Matienzo estaba lleno, el público necesitaba
algo más.
Se tuvo que conceder. Y salió "El
Final",
canción que fue presentada a comienzo de año como el vídeo oficial bajo la dirección
de Mariano Martinez y Ary Lukides, inundando Matienzo de papel picado
y aplausos coreando los estribillos.
Todo
tiene un final. Así que las luces se apagaron, la banda volvió a
los camarines, y el trip de Mateo empezó a dispersarse entre el
público dejando el espacio calentito para algún posible regreso
cósmico, seguramente de la mano de una guitarra eléctrica y una poesía escrita
sobre una servilleta desde el barrio de Almagro.
Por Fede Frisach
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